Alimentación, Cuidados, Salud
Trastorno digestivo canino – Parte 2
Signos generales de los trastornos del sistema digestivo
Los signos de enfermedad del sistema digestivo pueden ser un exceso de salivación, diarrea, estreñimiento, vómito o regurgitación, pérdida de apetito, hemorragia, dolor e hinchazón abdominales, shock y deshidratación. En cuanto a la localización y naturaleza de la enfermedad, a menudo se pueden determinar por los signos que manifiesta la mascota. Por ejemplo, las anomalías de la oclusión, masticación y deglución se suelen asociar a enfermedades de la boca, los dientes, la mandíbula o el esófago, mientras que el vómito se suele deber a inflamación del revestimiento interno del estómago o del intestino (gastroenteritis) causada por infección o irritación. Sin embargo, el vómito también puede derivar de un trastorno no digestivo como una enfermedad renal.
La diarrea suele ser un signo de trastornos del sistema digestivo, pero puede tener muchas causas. La diarrea de gran volumen y acuosa se suele asociar a una hipersecreción, un trastorno en el que se secreta un exceso de líquido hacia el intestino. También puede derivar de una infección bacteriana.
Asimismo, la diarrea puede estar causada por una malabsorción, la incapacidad para absorber adecuadamente los nutrientes. La malabsorción se debe a un defecto de las células intestinales responsables de la absorción, trastorno que puede originarse por varios virus (por ejemplo, el parvovirus, el coronavirus o el rotavirus caninos). La malabsorción también puede estar causada por cualquier defecto que reduzca la capacidad del intestino para absorber los líquidos, o por defectos de las secreciones pancreáticas necesarias para una digestión efectiva. En casos muy infrecuentes los cachorros neonatos pueden presentar diarrea mientras se están alimentando de leche porque no pueden digerir la lactosa. Cuando se pierden grandes cantidades de líquido (por ejemplo, por diarrea), se observa deshidratación y desequilibrio electrolítico (de sales), lo cual puede comportar shock.
Las alteraciones del color o la consistencia de las heces, o de la frecuencia de defecación, constituyen otros signos de problemas digestivos. La presencia de heces negras y alquitranadas puede ser un signo de hemorragia gástrica o del intestino delgado. Por otra parte, la dificultad de expulsión de las heces suele asociarse a una inflamación del recto y del ano. Cuando tiene lugar una acumulación de gas, líquido o alimento ingerido, normalmente por una reducción de la actividad de los músculos que hacen desplazar el alimento por el interior del sistema digestivo, puede tener lugar una distensión (hinchazón) abdominal. Dicha distensión también puede derivar de una obstrucción física, como un cuerpo extraño o una intususcepción (“pliegue” de una parte del intestino hacia el interior del segmento siguiente), o de algo tan sencillo como haber comido demasiado.
El dolor abdominal se debe a un estiramiento o inflamación de las membranas abdominales y presenta intensidades variables. El perro puede reaccionar ante el dolor gimiendo, caminando o adoptando posturas extrañas (por ejemplo, extendiendo las extremidades anteriores, colocando el tórax sobre el suelo y elevando las extremidades posteriores).
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